¿Se dirige Perú hacia un aterrizaje forzoso?
El presidente Ollanta Humala, que hoy cumple tres años al mando del país, tiene poco que celebrar: el crecimiento se ha desacelerado con fuerza en los primeros meses de 2014 y su aprobación está en niveles mínimos.
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A comienzos de la semana pasada, Financial Times se preguntaba en un blog ¿Está una de las estrellas de Latinoamérica perdiendo su brillo? A la luz de los datos recientes, la respuesta parece ser: sí. Perú, una de las economías más dinámicas de la región, estaría ad portas de un aterrizaje forzoso, en medio de la desaceleración y un complicado escenario político. Ollanta Humala, que hoy cumple tres años al mando del país, no tiene muchos motivos para celebrar.
En la última década, Perú promedió un crecimiento de 6,3% gracias a la demanda asiática por materias primas, particularmente cobre y oro, y por el incremento de la demanda doméstica, impulsada por la creciente clase media. Sin embargo, el crecimiento se ha moderado debido a la caída en la demanda por materias primas, el descenso del gasto privado y el deterioro en la confianza de los consumidores.
El año pasado el país se expandió 5,8%, pero en mayo la actividad económica disminuyó a 1,8%, la tasa anual más baja desde octubre de 2009.
Esto provocó que el banco central bajara la tasa de interés de referencia de forma inesperada a principios de mes en un esfuerzo por impulsar el crecimiento, en 25 puntos base, a 3,75%.
Asimismo, la institución bajó su pronóstico de crecimiento para este año a 4,4%, desde su estimación previa de 5,5%. Con esto, Perú pasará de ser el país con expansión más acelerada de la región al cuarto puesto, por detrás de Bolivia, Colombia y Paraguay.
De acuerdo con el banco central, la actividad minera se contraerá 1,1% este año, mientras que la inversión minera lo hará en 4,3%, lo que aumentará el déficit de cuenta corriente y la brecha comercial. El déficit de cuenta corriente llegaría a 4,8% del Producto Interno Bruto, en lugar del 4,3% que se anticipaba. El déficit comercial, en tanto, llegaría a US$ 2.600 millones este año, en lugar de los US$ 945 millones de la previsión anterior. Con eso, alcanzaría uno de sus niveles más altos desde que comenzó la expansión económica, hace una década.
Mal momento de Humala
La desaceleración llega en un mal momento para Humala, que hoy celebra su tercer aniversario como presidente del país con una aprobación en niveles mínimos. De acuerdo con la última encuesta de Ipsos-Apoyo, correspondiente a julio, el mandatario tiene un 25% de aprobación y un 68% de desaprobación.
Esto contrasta con su apoyo en agosto de 2011, cuando un 55% de la población lo respaldaba, y un 20% desaprobaba su gestión.
La mala imagen del Ejecutivo se explica por la percepción de la ciudadanía de un alza en la delincuencia y de corrupción en el gobierno. Esto ha obligado a Humala a realizar sucesivos cambios de ministros. La semana pasada, por ejemplo, nombró a su sexto jefe de gabinete en menos de tres años. El presidente designó a Ana Jara, una congresista del partido oficialista Gana Perú que ejerció como ministra de Trabajo, para reemplazar a René Cornejo, quien estuvo en el cargo por 116 días.
Cornejo se vio obligado a renunciar luego de que un medio local revelara que un aliado cercano había supuestamente usado fondos públicos para intentar desacreditar a un oponente político que lo investigaba por conflictos de intereses.
En este complejo escenario político, Humala ha respondido a la desaceleración anunciando un paquete de estímulo y una serie de reformas para remover lo que considera como impedimentos estructurales al crecimiento, y que apuntan a las normas medioambientales y laborales que son más costosas para las empresas.
Pero sólo Moody’s, que elevó la calificación soberana en dos escalones, a A3, recibió bien el anuncio. Credit Suisse recortó su pronóstico de crecimiento para este año a 4,3%, desde 4,9%.
“El hecho de que el gobierno peruano haya respondido a un crecimiento más débil con reformas en lugar de un gasto populista es positivo. Pero no creemos que provea el gran impulso económico que las autoridades esperan”, aseguró por su parte Capital Economics.
Bank of America Merrill Lynch fue más severo. “Vemos un creciente riesgo de aterrizaje forzoso, que creemos que las autoridades están intentando evitar con política monetaria y fiscal más flexible”, escribieron analistas del banco en un informe la semana pasada.
La Economist Intelligence Unit también habló de un “aterrizaje forzoso”. En su último análisis de la economía peruana aseguró que el “potencial de otro recorte de la tasa de interés es fuerte, ya que ahora parece que Perú podría dirigirse hacia un aterrizaje forzoso”. Esto dependerá, han dicho las autoridades, de qué suceda con la inflación, que en junio llegó a 3,45%, por encima del rango meta de 1% a 3%.
Según FT, las perspectivas empeoran al considerar que los últimos dos años de Humala serán de “lame duck” o “pato cojo”, como se denomina a los mandatarios que pierden su capacidad para fijar la agenda legislativa.